Confesión de grandes adicciones

Adicta al chocolate

Hoy he decidido confersarme… sí… mi letra escarlata es la A, de adicta. Y os sorprendería saber a qué soy más adicta en el mundo que al Tabaco (el cual volveré a dejar en breve of course). Las personas que me conocen lo saben bien y lo sufren también, me refiero al problema con mis adicciones. Sólo reconozco por el momento dos pero son muy muy importantes para mí y para mi vida diaria.

Sí amigos, se trata de dos productos imprescindibles en mi dieta desde que nací y hasta que me muera. Se trata del chocolate y de la leche. Lo confieso. Y no, no penséis que como a todo el mundo me gusta mucho y listo. No no no no. Ojalá sólo fuera eso. Yo lo necesito, mi cuerpo lo necesita y si no lo tengo me convierto en un monstruo con el que no querrás cruzarte.

Cuando me engañaron y me dijeron que habría Nesquik

Una vez, Mr. Paulson y yo nos íbamos a pasar un fin de semana en los Alpes, y yo que soy muy previsora le pregunté antes de salir: «oye, habrá Nesquik (soy total y absolutamente adicta a esta sustancia, yo respeto a los amantes del Cola-Cao así que respetadme a mí también 😉 ) en la casa de los Alpes? O es mejor que me lleve un botecito para poder desayunar?». A lo que Mr. Paulson me dijo: «Claro que habrá! No te preocupes!». Y yo como buena novia, pues confié ciegamente en él porque el amor ya sabéis lo que tiene, que te engaña la mente y en mi mundo de arocoíris habría toneladas de Nesquik en los Alpes para yo poder desayunar.

Nos fuimos hacia los Alpes y ¿sabéis lo que hice nada más llegar a la casa? Pues claramente ir corriendo a mirar si estaba el Nesquik como me habían asegurado. ¿Qué pasó? QUE NOOOO HABÍA NESQUIK!!!! Miré por todas partes, en todos los cajones… no había nesquik, nada de ese polvo de unicornio que mi anatomía necesita para despertar por la mañana… no había nada… La desolación que sentí se convirtió directamente en cabreo y un enorme reproche: «MR. PAULSON!!!! NNOOOOOO HAYYYYYY NESSSQUIKKKKKK!!! MENTIROSO!!!! MENTIROSO!!! MENTIROSO!!!». Mi arcoiris imaginario se convirtió en tormenta del tipo con huracán Katrina y empecé a notar el mono del chocolate a cada instante. Tan pesada me puse porque no tenía Nesquik que tuvimos que salir a comprarlo, pero ya era tarde… las tiendas estaban cerradas y yo me había quedado sin Nesquik… Un horror… UN HORRROR!!!

Un horro cuando falta leche!!

Pero eso ya no me vuelve a pasar porque siempre tengo una reserva importante en casa de Nesquik para que esto nunca me suceda. Una vez en Lidl lo pusieron en rebajas el paquete de kilo de Nesquik y yo obviamente me llevé para mi almacén 5 kilos.

Lo mismo me suele ocurrir cuando no hay leche, no lo soporto, no puedo con mi vida si no hay leche para desayunar. Y no, el café no lo suple, a mí me gusta un buen vaso de leche con Nesquik, y eso es así. Cuando vamos al super, me llevo cajones de 10 litros de leche para que nunca me falte. Soy una mujer muy pero que muy previsora.

Reservas normales en mi casa

Pero tenéis que entenderlo! Me he pasado mi vida bebiendo leche con Nesquik. Mi madre me echaba Nesquik en la papilla, y mi media de consumo de taza de leche con Nesquik ha llegado a ser de 3 grandes tazones al día: desayuno, merienda y cena. Básicamente, he crecido nutriendome de leche con Nesquik. Imaginaos lo importante que es para mí!! Pero si con lo poco que yo he comido de niña menos mal que me gustaba la leche!

Ahora me ha dado por ser adicta también a los Kit-kat, que en el trabajo compro paquetes de 3 tabletas y me duran un día y medio. Totalmente adicta a esto también.

Pues ahí os he contado una cosa nueva de mi vida en general y de mi rutina en Milán particular. 😉

¿A qué sois adictos vosotros? Sed valientes y contadme!!

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